jueves, 3 de septiembre de 2009

1. Haga el siguiente ejercicio. Seleccione una de las siguientes emociones: miedo, rabia, angustia, amor, alegria, odio. Haga la siguiente entrevista a la emoción:
-¿Cuánto pesa?
-¿Cuánto mide?
¿Cuáles son sus colores?
¿A que huele?
¿Cuál es su sabor?
¿Cuál es su forma?
¿A qué suena? ¿Cuál es su música o ritmo?
¿Cuál es su textura? ¿Qué se siente al tocarla?
Escriba un texto narrativo o poético




MUY DENTRO MI

Llega todas las mañanas a la misma hora, el solo pensar en lo qué me deparará el día hace que le llame, por más que intento no pensarle él siempre está allí, me visita y se va, viene por momentos y luego se pierde entre la majestuosidad de mi alma.

Son las cuatro de la mañana y estoy listo para salir a cumplir con mi día, cubro mi rostro y me pongo mi gorra, pienso que así será más fácil dejarle atrás y no llamarle, pero mis intentos siempre son fallidos, hay muchas cosas en la calle que siempre me perturban y me hacen correr, es allí cuando él aparece en frente mío, comprometiendo mi corazón, y quitándome el aliento. Recuerdo una mañana en la que salí a recorrer el vecindario, eran las seis de la tarde, el sol estaba todavía en su plenitud, hacía un calor sofocante y la humedad estaba altísima, decidí salir sin gafas, la gorra bastaría para esconderme, caminaba por la calle principal del barrio, creo que estuve relajado por varios minutos contemplando la belleza y la hermosura del lugar, era sin dudarlo un vecindario hermoso, aunque si lo pienso bien, era el único que había conocido para entonces, caminada desorbitado cuando apareció de nuevo, allí estaba, de nuevo conmigo, todos me veían, y me señalaban, todos se habían dado cuenta que yo estaba allí con él y no tuve más remidió que correr, corrí hasta que las piernas me temblaron, está vez lo había visto por culpa de ese conductor abusivo que pasó pitando sin escrúpulos al lado mío; si tan solo el conductor de aquel carro de la basura hubiera sido más prevenido no hueviara salió corriendo de la forma en que lo hice, demonios, lo sentí más que nunca aquel día, en verdad me había agarrado por sorpresa, cuanto había sudado, recuerdo lo mucho que pesaba y lo complicado que fue quitármelo de encima, si no hubiera sido por mi mamá no hubiera salido de debajo de la cama y no hubiera recibido la confianza que necesitaba en esos días para quitármelo ya que pesa mucho y era muy violento.


Estoy cansado de estar sintiendo esto, me gustaría ser más seguro de mi mismo, y decirle no más, vete desgraciado y déjame tranquilo, pero no puedo, él es siempre diferente, siempre esta vestido de formas distintas, no entiendo porque a veces llega con más fuerza y más agresividad, hay ocasiones en las que ni siquiera puedo sujetarle de lo fuerte que es, se apodera mi cuerpo sin ningún prejuicio, me maltrata por segundos y luego se va, me tiene mal, ya no se qué hacer, cada vez que intento contarle a alguien él siempre aparece y me calla, ya no tengo confianza ni de saludar a mi madre, cada día es peor, he pensado en hasta quitarme la vida pero siempre que pienso en varias formas de hacerlo su presencia me atormenta y se posa a mi lado, se posa como si fuera un gran agujero negro con la capacidad de expandirse y contraerse a voluntad, siempre esperando a que yo piense algo para posarse en mi pecho, y así hacerme sentir las peores de las sensaciones, su forma nunca es la misma, su olor es diferente, nunca huele igual, siempre depende de dónde me encuentre, es esto lo que lo hace visible.


Me acuerdo una época que trabajaba en una cocina, cuando el maldito teléfono sonaba mi corazón se agitaba y allí aparecía, sin ningún problema me atacaba y me dejaba el sabor de un bocado de comida amarga, además de el aroma a alimentos cocinados en mi mente, a olor a comida cruda, a frituras, a ensaladas con aderezos a cajas registradoras, a dinero y gente, a jefes, a hielo, a bebidas, a té helado y agua caliente, ¡a mucha agua caliente! porque lo que siento siempre que lo tengo conmigo es un quemonazo en mi pecho que baja sin freno por mis brazos quemándome hasta llegar a mis piernas, para luego congelármelas y dejarlas inmóviles.


Muchos lo llaman culillo, otros pánico, yo lo llamo miedo, es la misma representación del demonio, se presenta por nada en mi vida, si alguien me llama, me da miedo, si me tocan me da miedo, si suena el teléfono me da miedo, si me baño me da miedo, estoy arto de sentir miedo, espero encontrar a alguien que me libere sin sentir lo que yo siento; he escuchado que varias personas le han conocido, pero yo creo que todos ellos son su amigo porque siempre asumen su presencia como buena, argumentando que si se quiere vencer hay que afrontarlo, pero yo no creo eso, yo más bien creo que el miedo me seleccionó a mí para dejar que los demás vivan tranquilos, yo soy su juguete y se está divirtiendo conmigo, así que voy a dejar que se aproveche de mi la última vez, y en los aires intente saltar y escapar, tal vez en la tierra no estaré tranquilo por esto lo probaré en el cielo, estoy seguro que allí no le es permitido entra, ahora mismo me surgió otra idea ya me está molestando, ya me quemó pero solo quedan unos cuantos pisos para ver que puede pasar….


(Treinta tres pisos luego se escuchan gritos, hay llantos, ambulancias y policías mirando atónitos el cadáver de un sujeto yaciendo en el suelo, hay temor, y varios personas sorprendidas, además de una mancha negra pequeña detrás de todos ellos.)

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